jueves, 29 de noviembre de 2012

Me pregunto.


Me pregunto si habéis saboreado ese nihilismo, ese vacío, esa rabia que hace convulsionar el pecho y envuelve tu mente en un gris cenizo.
Me pregunto cuántas plegarias habéis lanzado al cielo donde no hablaba  la voz sino el lacrimal.
Me pregunto cuántos habéis sido capaces de saborear  la desesperación y disfrutar del momento de atajaros por una vía poco augusta donde tu caterva de sentimientos te roba los suspiros y sólo puedes escupirle al abismo.
Me pregunto cuántos sois capaz de aguantarme la mirada y profundizar lo que esconde mi pupila y revelar los secretos de mi iris.
Me pregunto qué es lo que contrasta tantas súplicas y llantos caprichosos pues os invade la desidia y el aburrimiento a pesar de poseer vuestro propio monopolio anímico.
Me pregunto cuánto odio sois capaces de contener sin que estalle vuestra propia esencia y cuántos sois capaces de usarlo a vuestro favor sin que os consuma primero, aunque conociendo vuestra sensiblería seréis una panda de individuos fútiles y fallidos creyentes firmes de que una sonrisa puede vencer a la curva del enfado.
Me pregunto qué sois capaces de hacer por amor, si sois capaces de respaldar todo aquello que veo que prometéis.
Me pregunto cuál es la debilidad de vuestra carne y porque el pánico a que se desgarre, aunque quizás me debería preguntar cuál es vuestra fortaleza respecto al enemigo interno que enjaula la dermis.
Me sigo preguntando quién soy yo y por qué me define un nombre en un registro civil, por más que mi identidad cambie se seguirá definiendo un mismo ser, pero ¿quién es ese ser?, mientras divago entre un montón de incógnitas que bailan al son de un compás atemporal traído por alguna brisa contaminada dentro del foco de la gran ciudad.
Me pregunto qué respaldáis para afirmar vuestra humanidad y el por qué rechazáis los instintos más básicos, la destrucción del prójimo no es más que otro paso para la fortaleza que impone el miedo a la mente humana.
Me pregunto cuántos podéis afirmar con total seguridad conocer el filo   del infinito más oscuro que oculta la cara no revelada de la moneda.
Me pregunto tantas cosas que al final mis dudas son las respuesta para vuestra semejanza , sólo si fingís, claro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario