Cuando mi pecho se carga
la rabia me apremia
no encuentro respuesta
para aliviar mi alma
ella se queda
pero no hay forma de que salga
debería asesinar a tus musas
y hacerme un traje
cuyo pelaje sea la sangre
y se abroche con tus dudas
Quizás debería acariciar tu cuello
con el tacto de mis manos
y cuando te despistes un momento
sepas que te estoy ahorcando
Que llores por tu pretérito
y por la superioridad de mi odio
que ni tú ni yo somos perfectos
pero me conformo
De momento sigo mi vista
hasta donde alcanza mis ojos
esperando la premisa
de quemar vuestros poros
Quizás no me consideres poesía
Quizás no sea más que un retoño
pero construyo mi propia sinfonía
en discordia con todo
Saborear la desesperación
y la rigidez de la desidia
lo único que alivia
es que sea producto de imaginación.